Velázquez utiliza en general unos tonos pardos, como era lo habitual en la pintura barroca, con un gran cortinaje al fondo de color rojo para destacar y aumentando el carácter teatral de la imagen. Técnica: Utiliza una pincelada suelta, donde los contornos quedan difuminados. Además, usa una composición de dos líneas perpendiculares, la que forma horizontalmente el cuerpo de Venus y la vertical del cuerpo de Cupido. También hay una serie de líneas curvas, como la que forma el cortinaje o las sábanas, que dan movimiento a la escena, que en general se caracteriza por su carácter calmado Ver toda la reseña de la obra