Todo el interés se concentra en el tiro del primer plano, sobre estos bueyes del Charolés-Nivernés cuyo pelaje claro, rojizo y blanco, está realizado por la luz fría y clara que envuelve toda la escena. Se trata en primer lugar de una escena de animales, cuyos héroes son los mismos bueyes, dejando poco espacio al hombre: el ganadero parece bastante pequeño en este lienzo. Ver todo el comentario de la obra